
UN TESTIMONIO IMPERDIBLE QUE TODA FAMILIA TAMBERA DEBIERA LEER
La noticia tuvo impacto nacional en 2017: en un tambo en Bengolea (centro-sur de la provincia de Córdoba) se detectó que personal “habría” sido víctima de trata de personas y explotación laboral y que “existía trabajo infantil”. El propietario estuvo preso 17 días y debió esperar 7 años hasta que se hiciera justicia.
El 27 de marzo de 2023 el Tribunal Oral Federal Nro. 2 de Córdoba, a cargo de la doctora Noel Costa determinó la absolución de Alejandro Daniel Ryan y Federico Ryan (padre e hijo) productores agropecuarios del centro-sur de Córdoba, que habían sido imputados por trata de personas y explotación laboral.
El doctor Jorge Valverde trabajó –junto al doctor José Bonino de La Carlota– en la defensa de los Ryan, quienes enfrentaron la acusación del fiscal que pidió 8 años de cárcel para los acusados, pero tras escuchar los argumentos de ambas partes, el tribunal determinó la absolución definitiva de ambos productores.
Los sucesos habían llegado a un punto álgido cuando el propietario del Establecimiento La Chalita, Alejandro Ryan fue aprehendido en los primeros días del 2017, ya que en su establecimiento -al decir de la información oficial, reproducida profusamente por diversos medios- (ver más abajo) “se detectó que al menos una familia habría sido víctima de trata de personas y explotación laboral”, y pasó 17 días preso.
Esta información fue confirmada en aquella oportunidad, por el director de Trabajo Agrario y Asuntos Rurales del Ministerio de Trabajo, Lucas Giorgi quien dijo: “la causa avanza por dos caminos, el de la presunta trata y el de la situación laboral irregular”.
Ninguna organización gremial agropecuaria o estamento salió en defensa de los Ryan que quedaron expuestos al escarnio público.
Hoy, con la familia libre de culpa y cargo, uno de los miembros, Federico Ryan habló con TodoLecheria.
Cómo transformar el dolor en aprendizajes para otras familias tamberas
En primer lugar, hay que señalar que el tambo de los Ryan tiene una enorme trayectoria. “Esto lo arrancó mi abuelo Juan Tamagnini, un apasionado del cruzamiento de vacas, luego lo llevó adelante mi mamá con mi papá, y hoy estoy yo a la cabeza”, señala el médico veterinario Federico Ryan a modo de presentación.
El presente, signado por la sequía y una macroeconomía hostil, forma parte del inicio del diálogo: “Hoy estamos atravesando una situación dura, es un tambo entre 400 y 450 vacas total, pastoril con alta suplementación. En lo posible tratamos de incorporar tecnología, estamos hoy con un tambo de 16 bajadas, extractores, lactómetros, un sistema Calf Feeders en la guachera”.
El tambo está en la zona rural de Bengolea, a unos 10 kilómetros hacia el norte del pueblo y fue noticia nacional en los inicios de 2017, a partir de un incidente laboral. “Yo en ese año todavía era estudiante y tuvimos una denuncia por trabajo infantil y trata de personas. El que estaba la cabeza en ese momento era mi papá, yo le ayudaba”, cuenta Federico Ryan y acerca precisiones: “El tambo funciona con un sistema clásico con tambero mediero, como hasta el día de hoy, que está todavía con nosotros. Pero en enero de 2017 hubo una denuncia de parte del personal que trabajaba con nosotros, no del tambero mediero que aún continúa en ese puesto y todavía se encarga de la tarea de tambo, con su personal. La denuncia provino de quienes atendían la guachera y el mixer, sino otro personal que fueron los que denunciaron”.
En el marco de una denuncia y en el medio de una inspección del Ministerio de Trabajo se fotografió un niño arriba de un caballo metido entre las vacas y “y a partir de eso hubo una denuncia de trabajo infantil y de trata de personas. Fue tapa de diarios y se nos juzgó muchísimo”. (ver más abajo).
El caso llegó a juicio oral. “Nos sentimos muy solos en ese momento, como familia y como productores, fueron pasando distintas instancias y quedamos sobreseídos. La denuncia era grave y mi objetivo al compartir esta nota es que otros productores, encargados, veterinarios se alerten de la situación y tratemos de tomar todos los recaudos legales para no tener que llegar a esto”.
Los testigos ayudaron a poner las cosas en claro
La denuncia –probablemente fogoneada desde el gremio Uatre- tuvo base “en argumentos dentro de la trata es que a las personas las habíamos captado, estaban dentro del establecimiento encerrados, sin libertad de movimiento ambulatorio libre y una precariedad tanto laboral como habitacional”, cuenta Valverde.
Sumado a esto, “declaran muchísimas horas de trabajo, cosas completamente inexistentes. Nuestro tambo era como el 90% de los tambos de Argentina, con dos ordeñes, y un sistema de estaca en ese momento. Tratamos, por medida de seguridad, que por los riesgos que implica, las tareas del mixero siempre sean realizadas con luz solar para prevenir, pero lo que declararon fue completamente distinto”, aporta Federico Ryan. Y añadió: “Nosotros teníamos todo el personal en blanco, trabajaban las horas correctas con sus francos respectivos y en el juicio nos ayudó la gran cantidad de testigos que presentamos y estamos completamente agradecidos. Fueron los almaceneros del pueblo que demostraban su libertad, que ellos iban a comprar a los almacenes, los camioneros que iban a recoger la leche, contratistas, nutricionistas y el mismo tambero mediero”.
La justicia mensuró los elementos aportado por los Ryan, y los argumentos de su abogado Jorge Valverde y decidió absolver a los productores. “Esto ocurrió hace dos meses atrás. La Justicia absuelve tanto a mi papá como a mí, pero todo lo que lleva a explicar, juntar datos, advertir que lo podríamos haber hecho. La selección de gente, en la cual me juzgó, no fue correcta, y nos enseñó a tomar medidas para no llegar a esto”, dijo Federico Ryan.
Lea la sentencia absolutoria de Alejandro y Federico Ryan dictada por el Tribunal Oral Federal 2 de Córdoba ( click aquí )
Preguntado sobre qué hicieron mal o que cambió en sus procedimientos con el personal, el joven productor respira y se toma unos segundos para seguir: “Soy un apasionado de la lechería, al margen de este momento y de mi edad, me gusta mucho. Esto es algo que se puede evitar, no es un juicio laboral, es otra cosa completamente distinta. El gran juzgamiento es la selección de gente, tarea muy importante y que teníamos las pruebas, pero costó demostrarlo. Costó demostrar tanto la selección de gente como verificar sus condiciones habitacionales y que quede verificado por un Juez de Paz, por un abogado, tanto eso como las obras laborales, los francos, el recibo de sueldo, que la parte legal esté completamente verificada y bien archivada”.
Sobre las cuestiones referidas a la mano de obra en el tambo puntualizó que “siempre hay recambio de gente. Bengolea es muy chico, es difícil conseguir gente. Es difícil alquilar casa y dar un transporte en que puedan ir y volver. Las habitaciones, las casas deben estar en buenas condiciones, verificadas por un abogado. Personal en blanco, con recibos de sueldo acorde, que quede verificada la cuestión de los francos, los horarios. En caso de que sean familias, los niños deben estar obligatoriamente escolarizados, todo eso debe tenerse en cuenta”, apuntó el joven médico veterinario.
A modo de reflexión señaló: “En el tambo o en cualquier oficina hay excelentes trabajadores y hay pésimos trabajadores, como hay excelentes empresarios y pésimos empresarios. Yo tengo un trato de primera con los trabajadores. Hoy estoy al mando con gente excelente, gente que hace muchísimos años está con nosotros. Creo que fue un intento de vender algo que no fue, de parte de cierta gente que está al salto del cañón por esto, y el motivo por el cual doy este testimonio, es porque leí mucho de esto, porque tuve acceso a gente que me informó mucho esto y esto se repite en casos puntuales, en distintas localidades del país. La idea es que esto se prevenga. En los lugares donde hay trata vayamos y combatamos, eso no tiene que estar, pero lo que nos pasó a nosotros fue muy duro y duró siete años. Son plazos legales, plazos de la justicia”.
Vea la entrevista que TodoAgro TV le realizó al médico veterinario Federico Ryan.
¿Una causa armada?
“A mi criterio esta fue una causa armada, que gracias a que la familia Ryan tenía todo en orden, se logró demostrar la falsedad de la denuncia” indicó Jorge Valverde, abogado que representó -junto al doctor Bonino- a los Ryan en el juicio que se sustanció en Córdoba capital.
Lea la sentencia absolutoria de Alejandro y Federico Ryan dictada por el Tribunal Oral Federal 2 de Córdoba ( click aquí )
Argumentó que “la denuncia no la hicieron los empleados. Todo comenzó con la actuación de la abogada del gremio que fue a la comisaría y paró el camión a la mitad del camino que transportaba a una familia con la que se había acordado su salida. Al día siguiente vino el gremio y ellos realizaron la denuncia junto con los empleados. Todo fue armado, y después en el juicio terminaron mintiendo, porque alguien les dijo a los empleados lo que tenían que decir y ese es el peligro, el llenado de cabeza”.
En el juicio sustanciado en Córdoba capital, tras tres horas de exposiciones de la defensa, quedó perfectamente demostrado que los Ryan no habían incurrido en los delitos que se les imputaron. Solo a modo de ejemplo Valverde indicó: “Uno de los trabajadores dijo que le habían ofrecido casa amoblada y cuando llegó tuvo que dormir en el suelo junto a su familia, lo que era falso por supuesto, otro había sido despedido varios días antes y se había puesto a su disposición la liquidación final, pero por consejo de la abogada de Uatre no retiró la carta documento y dijo que con su familia hacia un mes que no tenía nada para comer, lo que también era falso. Además denunciaron privación de la libertad porque la tranquera permanecía cerrada con candado, y si bien era cierto eso era durante la noche, los empleados tenían llave, y además iban periódicamente al pueblo a adquirir mercaderías o pasear, a tal punto que uno de ellos se fue 7 días de vacaciones con su familia a Reconquista y regresó, por lo que si hubiera estado privado de su libertad sería un absurdo”.
Recomendaciones para tamberos
A modo de recomendación para productores lecheros y agropecuarios, el abogado Valverde subrayó: “La oferta de contratación o de traslado debe ser sumamente clara, a cargo del propietario del tambo, y que se debe cumplir en tiempos y parámetros lógicos, siempre con los comprobantes de pago y repito que se respete la oferta recibida para el traslado”, subrayó el letrado.
“Pese a que el trabajo en negro no es trata, A mi criterio lo importante, es tener precaución al momento de la oferta de trabajo en cuanto a las condiciones, sueldos, tareas a realizar, si la vivienda forma parte de la oferta aclarar que servicios posee y si es o no con muebles”, precisó.
Valverde puntualizó que “esta es una causa muy particular, y los trabajadores estaban en blanco y se tenía toda la documentación”
Otro ítem importante para Valverde es “tener los trabajadores debidamente registrados, las constancias de ello, los recibos de sueldos, la notificación de los periodos de vacaciones, etc., y si existen menores, en el caso de que se trate de un grupo familiar, que los mismos estén escolarizados y por cierto no se acerquen a los lugares de trabajo para evitar confusiones”.
A la par recomendó que las viviendas sean habitables, con puertas y ventanas, que no haya hacinamiento, y respecto del trabajo que “el mismo lo sea razonable en cuanto a las horas, respetando el descanso”.
Lea la sentencia absolutoria de Alejandro y Federico Ryan dictada por el Tribunal Oral Federal 2 de Córdoba ( click aquí )
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